Cuando en 2013 jugué por primera vez a The Last of Us, nunca creí que un producto de entretenimiento audiovisual fuera a marcarme tanto.
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Recuerdo que a la primera hora de juego, solté el mando y se me escaparon las lágrimas. Me dije a mí mismo -'¿qué es esto...? ¿...a qué voy a jugar?'
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Más allá de las pelis, un videojuego se caracteriza porque tú mismo llevas el control, sientes que la historia avanza por tus méritos y asumes el destino de los personajes. Y eso precisamente es lo que hace que se vivan de esa manera.
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Cuando lo terminé y desde entonces, se convirtió para mí en una de las historias mejor contadas y juegos mejor creados.
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Hace bien poco que he terminado The Last of Us 2, y sentía una necesidad imperiosa de dibujar a esos personajes tan realistas. Ellie, Joel y Abby.
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